lunes, 20 de enero de 2014

DE LA LEGITIMIDAD Y EL DOBLE RASERO EN LA LUCHA MAGISTERIAL

La necesidad y legitimidad de la lucha magisterio en este inicio de año es innegable.

En primer lugar por la necesidad de lograr la recontratación de los maestros por contrato (renglón 021), que por decisión gubernamental, fueron excluidos del proceso de contratación para el 2014. Es una lucha que debiera consistir, además, en lograr que los más de 25 mil maestros por contrato, sometidos a una relación neoliberal, sin seguridad y derechos laborales, pasen a ser contratados bajo el renglón 011, para que tengan la posibilidad de gozar de aguinaldo, bono 14, vacaciones y demás prestaciones que son indudablemente legítimas.

En segundo lugar es necesario que desde el magisterio se luche por una mejor educación para la niñez y juventud. En ese sentido, ha sido evidente la alta cantidad de escuelas que al inicio de año carecen de maestros y maestras, escritorios, refacción escolar, útiles y  personal operativo. Estos problemas evidencian una vez más la incapacidad de gestión del actual gobierno y su desinterés por resolver los problemas elementales y de fondo que presenta la educación y que enfrenta el magisterio, que se traduce, por ejemplo, en el seguimiento de la agenda de la AID (EEUU), con predominio de la educación privatizada, la inexistencia de avances en cobertura, la búsqueda de homogeneizar, su orientación segregacionista y la falta de una reforma democrática y científica, orientada a fortalecer su orientación pública.

Hablamos del doble rasero en la lucha magisterial porque, por un lado está la necesidad y legitimidad de la lucha magisterial y la coherencia que muestran en sus acciones organizaciones como SAMGUA y otros sindicatos magisteriales autónomos, y contradictoriamente las acciones que impulsa el STEG y la ANM íntimamente ligados a los intereses del Partido Patriota (PP).

Es evidente cómo la estrategia del Partido Patriota avanza en vehículo magisterial.  El PP ha iniciado acciones para lograr que el Congreso apruebe la ampliación presupuestaria y nuevos préstamos (endeudamiento), con la justificación que será para garantizar el cumplimiento de compromisos con el magisterio, que según el Pacto Colectivo implica el aumento en 10% de los salarios para los maestros y maestras. 

Es con la vinculación entre ampliación presupuestaria y aumento salarial a partir de la cual  logran manipular la acción magisterial, y el STEG y la ANM se han prestado en acuerpar dicha estrategia del PP. Por ejemplo:

1) El Acuerdo Gubernativo 543-2013 plantea que no puede haber pacto colectivo si el aumento no está asignado en el presupuesto. Eso implica que el aumento se concreta sólo si el aumento está en el presupuesto, y no depende necesariamente de la ampliación presupuestaria que persigue el PP en el Congreso. 

2) El STEG y la ANM están obligando a las maestras y maestros a la paralización de las clases, para que la presión al Congreso se extienda a las comunidades y familias, siendo que los afectados serán las y los niños, jóvenes y padres de la clase trabajadora, que enfrentarán de inmediato problemas por esta medida. 

3) La movilización magisterial podría lograrse de forma alterna, sin la suspensión de clases.

4) Es evidente que supervisores y directores (generalmente reacios a estas medidas, siendo su dependencia del gobierno) están obligando y coaccionando a las y los maestros para seguir la estrategia del STEG y la ANM, orientada al Congreso y no al MINEDUC, lo cual clarifica cómo el STEG y la ANM siguen la estrategia del PP.  

5) Líderes del STEG y la ANM están criminalizando (como lo hicieron con la lucha de la Escuelas Normales) a organizaciones como SAMGUA, quienes están movilizándose coherentemente y planteando: que en esta lucha no deben suspenderse las clases de los y las niñas de pre-primaria, primaria y de educación media.

Es probable que una buena parte de los maestros que aun no han sido contratados, se les confirme su contratación en los próximos días, si el Congreso aprueba la ampliación presupuestaría del PP, con lo cual, contradictoriamente, el gobierno logrará una ampliación presupuestaría que presionará al endeudamiento a través de la venta bonos y prestamos, con el efecto dominó en la economía popular de todas y todos los trabajadores del país.

La reconstitución del movimiento magisterial es una tarea, que desde la coyuntura actual, resulta necesaria y debe enfocarse en el mediano y largo plazo. Ante lo antes mencionado  proponemos: que la organización del magisterio se dé con organizaciones autónomas, desvinculadas de la estrategia del gobierno, del STEG y la ANM, en donde, además, aplican mecanismos ilegales de afiliación y coacción a segmentos importantes del magisterio.

El nuevo movimiento magisterial deberá, además, orientarse en la lucha por la educación pública, laica, gratuita y obligatoria, contra la privatización de la educación, por la ampliación de la cobertura educativa que como mínimo garantice el 100% en los niveles pre-primario, primario y básico, y sobre todo, por una reforma educativa de carácter científico, democrática y orientada a formar seres humanos capaces de transformar su realidad. Por último y no menos importante, por los derechos de los trabajadores y trabajadoras de la educación, lo cual en este momento pasa por la contratación en el renglón 022 de todos los maestros, maestras y administrativos.

Como Frente Popular saludamos y nos sumamos a la lucha por la contratación de los maestros por contrato, pero evidenciamos y cuestionamos el doble rasero que generan las acciones ligadas a la estrategia del PP. Ante estos hechos acontecidos estos últimos días  llamamos a fortalecer la organización y movilización autónoma del magisterio que en este momento se expresa en organizaciones como SAMGUA, así como a la gestación de comunidades educativas que unan su lucha con el propósito de hacer efectivo el Derecho a la Educación.


FRENTE POPULAR
SOBERANÍA, DIGNIDAD, SOLIDARIDAD
¡VAMOS PATRIA, LA LUCHA CONTINÚA!

Guatemala, 20 de enero 2014.

lunes, 13 de enero de 2014

AL PUEBLO DE GUATEMALA

Inicia un año más de suplicio para el pueblo de Guatemala y, al  mismo tiempo, un año de resistencia y esperanza.

Seguiremos viviendo, la explotación, opresión, miseria, racismo, hambre, saqueo y expolio de los recursos del Estado y los recursos naturales, violencia, delincuencia, la migración obligada, el tráfico de órganos y la trata de personas, males que el sistema capitalista reproduce, porque de esta manera garantiza la acumulación de capital (de riquezas) por parte de los capitalistas o burgueses, es decir, los dueños de las grandes empresas: mineras, hidroeléctricas, petroleras, ingenios y empresas de palma de aceite, fincas, bancos, grandes comercios, industrias, policías privadas, telecomunicaciones, canales de televisión, prensa escrita y radial, jefes de mafias, y políticos burgueses. Todos han seguido enriqueciéndose a costa de nuestro trabajo, de los salarios de hambre y de mantener en la miseria e ignorancia a las grandes mayorías.

En Guatemala siguen habiendo clases sociales y como se puede observar, nuestros intereses como clase trabajadora y los intereses de  los capitalistas o burgueses, son radicalmente opuestos.

Esto explica la protesta y movilización que han levantado distintos sectores de la clase obrera y campesina, pueblos indígenas, organizaciones de mujeres, de estudiantes, de maestros, artistas e intelectuales comprometidos con su pueblo, en defensa de que sus derechos se hagan efectivos y porque saben que en este sistema sus intereses no cuentan.

Ello explica también, que ante la resistencia popular y de los pueblos indígenas, los burgueses o capitalistas, activan sus organizaciones empresariales (CACIF, Cámaras Empresariales, fundaciones, universidades, empresas de comunicación escrita, televisiva y radial) para criminalizar las luchas sociales y lanzan a sus serviles represores, policías privadas y grupos criminales, para amenazar, agredir y atentar contra la vida de seres humanos indignados.

Giran órdenes a su actual sirviente al frente del gobierno, el militar Otto Pérez Molina, y a quienes dirigen la Corte de Constitucionalidad, la Corte Suprema de Justicia y el Congreso de la República, para decretar e impulsar leyes, políticas y acciones para defender a sus intereses a toda costa y para mantenerse en la impunidad. Especialmente logran que el aparato de inteligencia, policial y abogados y jueces corruptos, se confabulen para perseguir y reprimir las luchas de nuestros pueblos y de nuestra clase social. Y como comparsa, los partidos políticos, cuyas campañas ilegales y sus negociaciones turbias, al servicio de los capitalistas, se confabulan para tratar de engatusarnos para que votemos por ellos en las elecciones de 2015.

A pesar de las intimidaciones, amenazas, despidos, atentados, encarcelamiento y asesinato de luchadores sociales, los pueblos de Guatemala, la clase trabajadora y campesina y los sectores populares, hemos mantenido una lucha de resistencia heroica contra la explotación y el despojo que impulsan los burgueses o capitalistas locales y extranjeros.

Pero esta lucha heroica necesita articularse, para pasar de la resistencia a una etapa de ofensiva, hacia la toma del poder del Estado, pues sólo desde ahí lograremos transformarlo en un Estado popular, verdaderamente democrático y al servicio de los intereses de la clase trabajadora y los pueblos indígenas, quienes somos las grandes mayorías. Sólo desde ahí lograremos impulsar un modelo económico, social y político al servicio de todas y todos y no solamente de la burguesía, de los capitalistas extranjeros y de los corruptos.

En esa dirección habrá que superar la fragmentación que nos generan las elecciones y los partidos políticos, los líderes acomodados y oportunistas y la acción colaboracionista y reproductora del sistema que con sus prácticas realizan los partidos que se dicen defensores de los intereses populares. Habrá que superar diferencias cuando estas resulten secundarias y anteponer lo que nos une como clase trabajadora, sectores populares y pueblos indígenas. Sólo así lograremos unir nuestras luchas compartidas y avivar la esperanza hacia la construcción de un país radicalmente diferente al que han construido los capitalistas locales y extranjeros.


Arduas tareas nos esperan y en esa disposición estamos como Frente Popular, de seguir luchando y aportando hacia la organización y articulación de las luchas de nuestra clase social, la clase trabajadora del campo y la ciudad, y de los pueblos indígenas, para recuperar el camino de la Revolución en Guatemala.
FRENTE POPULAR
Soberanía, Dignidad, Solidaridad
¡Vamos Patria, la lucha continúa!

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